sexta-feira, 30 de setembro de 2011

‎40 placeres que el dinero no puede compra

Vivimos en un mundo superconsumista y pareciera que mientras más dinero se gasta, se es más feliz. Pero a menudo conviene recordar que los mayores placeres que nos da la vida son gratis, o al menos cuestan muy poco dinero. Aquí entregamos una lista con algunos de los placeres qué más nos hacen gozar. Algunos confesables y otros no tanto.


PLACERES CONFESABLES 

-Las canciones antiguas que nos llevan de vuelta a los grandes momentos de nuestras vidas.
-Caminar por la calle en esos días en que simplemente nos sentimos atractivas.
-Reír hasta que nos salgan lágrimas.
-Un aroma que nos transporta a un gran instante o recuerdo inolvidable.
-Disfrutar inventando recetas y siendo original en la cocina.
-Dormir una siesta reponedora.
-Abrir una caja de bombones solo para uno, en la noche, antes de acostarnos.
-Sentir el abrazo fuerte de uno de nuestros hijos.
-Observar tranquilamente el florecimiento de la primavera, especialmente el de  los ciruelos, cerezos, almendros y aromos.
-Sentir el sol tibio en la cara después de un invierno muy frío.
-Quedarse con el pijama puesto un día entero y leer un buen libro.
-Estrenar un vestido.
-Apretar y hacer sonar las burbujas de las bolsas de polietileno que se utilizan para embalaje.
-Dormitar en el jardín, mientras escuchas el susurro de una conversación.
-Caminar descalzo por el pasto o a la orilla del mar.
-El sabor que te deja en la boca el prosciutto con mozzarella y albahaca cuando se ha bebido una copa de vino tinto. 
-Ganarse un premio en una rifa.
-La llamada de una amiga con paciencia en medio de un bajón.
-Cruzarnos con un hombre guapo que no conocemos y ver que nos sonríe.
-Ver los primeros pasos de nuestros hijos, escuchar sus primeras palabras y sentir que una es lo más importante para ellos.

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