domingo, 2 de outubro de 2011

LA MUJER TRAIDORA...

Las mujeres traicionan por el mismo motivo que los hombres: por deseo, por ganas.
SON TAN CALIENTES COMO LOS HOMBRES.
La diferencia está en que ellas acostumbran culpar al marido o al enamorado.

"'El no me daba más atención", dicen.
"No era más romántico, no me elogiaba, ni sexo quería".

El último libro de la antropologa Mirian Goldenberg desmiente el mito
de que el hombre traiciona por sexo y la mujer traiciona por amor o desamor.
Si fuera asi, los hombres seriamos siempre culpados: Cuando traicionamos y
cuando somos traicionados. No es justo con nosotros.

Hombres y mujeres, nos gusta creer que el marido es imprestable por naturaleza, y la mujer casada es santa por dedicación. Esas etiquetas pueden parecer convenientes, pero contaminan las relaciones amorosas. Trabajando hace 22 años con dilemas de parejas, Mirian dice, en su libro POR QUÉ HOMBRES Y MUJERES TRAICIONAN?, que la mayor diferencia entre ellas y ellos no es el comportamiento, pero el discurso.

En vez de asumir el deseo, las mujeres prefieren hacerse de víctimas. Sentimentalizan el caso extraconyugal y buscan el echarle la culpa al marido. Nosotros asumimos haber sidos infieles porque quisimos. Raramente culpamos a las propias mujeres. Cada vez más, eso sí, la infidelidad femenina sigue los mismos patrones de la infidelidad masculina. En el libro de la antropóloga, "Monica" es una mujer de los nuevos tiempos."Ella está muy bien en su casamiento y ama al marido, pero surge un deseo sexual loco y nuevo en su vida y ella se lanza en él. Rompe la tranquilidad porque decide vivir su propio placer".

El deseo de sentirse deseada conduce a pequeñas y grandes infidelidades femeninas. Las mujeres escucharán, cuando niñitas, que su mayor objetivo en la vida sería casarse y tener hijos. En el futuro, ellas tendrían un único hombre para llamarlo suyo. Y serían únicas para un hombre solo. La idealización de la monogamia romántica no cambió mucho, pero la realidad a largo plazo es otra.

Las obligaciones sociales juegan un lugar invisible y intangible. Varias subrayan el placer al asumir el papel de madre. Eso no significa que abran mano de sus fantasias. Conocí mujeres absolutamente correcíisimas, monogámicas, que se casaron vírgenes y tienen sueños delirantemente libertarios. Algunas casadas, con hijos y nietos nunca conocieron el placer de un orgasmo, sólo en sus sueños.
Otras no se contentan en fantasiar. Catherine Denueve, en La bella de la tarde, de Buñuel, es una de los personajes mas enigmaticos del cine. Bien casada, rica, guapisima, ella se entrega a desconocidos despues del almuerzo como prostituta de lujo (¿será que nunca escuchó que sexo despues de comer puede hacer mal?)
El Psicoanalista Contardo Calligaris cree que las mujeres son tan infieles como los hombres. No ve en eso un problema (no siendo la mujer de él, claro), "Las mujeres sólo son campeonas en la fidelidad compañera y solidaria. En hospitales o presidios, los visitantes en su mayoría son mujeres. Pero sexualmente, no veo diferencias. Al contrario, existiría un problema lógico. Si los hombres heterosexuales son infieles, ¿quiénes son sus amantes -todas las solteras y libres o tambien casadas y enamorando otros?".
Contardo encuentra la palabra INFIDELIDAD muy pesada para traición puramente sexual:"Jamas dejaría a mi mujer si ella me contara algo parecido. Pero soy fiel. Creo que es muy fome traicionar. Tener otra relacion da un trabajo horroroso".
En los tribunales de Rio de Janeiro, recientemente, el juez Paulo Mello Feijó ignoró el pedido de indenización por daños morales de un marido traicionado. Para el juez, marido traicionado es marido relajado e incompetente. "Hombres de media edad, ya no tienen vigor, descargan sus fustraciones en las mujeres, llamándolas de gordas y dejándoles toda la culpa por su pobre desempeño. Y ellas buscan el placer en otros hombros, otros brazos, otros besos (...) y traicionan de corazón".

La idea de que la mujer sólo traiciona por razones sublimes, "de corazón", no corresponde a la realidad. Si ella es infiel, es por deseo y por ganas propias.

Ya sé lo que parece el texto, una justificación machista para una escapada con alguna nueva "amiga", y el tíitulo de una canción ranchera, de las más lloronas, pero sólo en la verdad pretendí dejar otro mito esclarecido, para que vivamos la vida mas intensamente, sin ataduras, sin etiquetas... y que continúe la fiesta, la ropa la cuelgan ahí, y los tragos son allá...
hasta la próxima.

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